Quisiera ser santo para ver mi imagen en las iglesias.
Quisiera ser santo, y quisiera que me llamaran San Humbertolaquio de la Berenjena.
Quisiera ser santo y ser patrón de las quesadillas.
Quisiera ser santo y ordenar que todos los días le cambien los calcetines a mi estatua.
Quisiera ser santo y que en los 29 de febrero me dejen descalzo para evitarme el pie de atleta.
Quisiera ser santo y lograr que mi estatua lleve siempre una bufanda.
Quisiera ser santo y que la canción que canten para mí mis feligreses sea la de Y nos dieron las diez.
Quisiera ser santo, y que tú fueras santa, y que tu estatua estuviera frente a la mía.
Quisiera ser santo y que la gente me dejara queso, y condones, y tortillas de harina.
Quisiera ser santo y que tú fueras Santa Licha, Santa Lichita del niño Don Chuy.
Quisiera ser santo y que la gente venda páginas de libros, que nunca tuve, como reliquias.
Quisiera ser santo y que tú seas patrona de las manzanas de caramelo y de la prensa rosa.
Quisiera ser santo y que quien sea que te venere deje a tus pies monedas de plata.
Quisiera ser santo y que por las noches despiertes y toques mi estatua como quien toca una puerta.
Quisiera ser santo para despertarme y salir a cenar contigo.
Quisiera ser santo para que salgamos a vivir de mis condones y de tus ahorritos.
martes, 16 de junio de 2009
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Y nos dieron las diez y las once... las doce y la una y las dos y las tres... ♪
ResponderEliminarMuchas "y"!
Y en este caso un pasito más: conmover.
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